David Lynch: 4 anécdotas imposibles del cineasta en el día de su cumpleaños
El maestro del cine más onírico cumple 78 años.
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Es uno de los cineastas más inconfundibles de la industria, tanto por su estética como por su incomparable forma de narrar sus historias. David Lynch cumple hoy 78 años y todavía, muchos cinéfilos discuten sobre su cine, sus películas y en general, sobre la comprensión y significado de una gran parte de su filmografía. Y es que, quitando algunos títulos más clásicos como El hombre elefante o Una historia verdadera, la mayoría de sus trabajos circunvalan en lo onírico y en ocasiones, hasta en lo experimental. Pero, ni siquiera el propio Lynch busca ese análisis minucioso y explicativo de sus decisiones narrativas, sino la interpretación personal y sobre todo, la apuesta sincera por y para provocar sensaciones únicas en el espectador. Es por eso que al igual que sucede en su obra, se esconden en él algunas particularidades en forma de anécdotas que explican su genio:
1-Cuando promocionó el Oscar de Laura Dern con una vaca
La amistad entre David Lynch y la actriz Laura Dern traspasa la pantalla. Su última colaboración en un largometraje fue en Inland Empire, una cinta de 3 horas en las que el realizador se entregaba definitivamente a todas sus filias sin ningún tipo de control. Hoy está considerada como un título de culto por lo que sucedía en su relato sí, pero también por cómo intentó promocionar una nominación al Oscar para su buena amiga Laura.
Sin el presupuesto promocional con el que contaban otras producciones, Lynch simplemente apostó por ser lo más Lynch posible. Con dos carteles gigantes, el estadounidense se plantó con una silla en Hollywood Boulevard acompañado de una vaca (sí, como leéis). En el cartel aparecía el rostro de la protagonista con la frase “For your consideration: Laura Dern” (A su atención: Laura Dern). En el otro rótulo más pequeño, encontrábamos la frase que daba sentido a la existencia de la vaca. “Sin leche, no habría queso, ¿lo entiendes?”, en una clara alusión a la relevancia del talento de Dern. Así se tiró dos día enteros, charlando con quien pasaba por ahí e intentando que los Académicos valorasen el trabajo de su intérprete protagonista. Desgraciadamente aquel año no consiguió la nominación, pero sí que obtuvo la estatuilla el pasado 2020 gracias a Historia de un matrimonio.
2-Actuar para Spielberg por una bolsa de Cheetos
En esta ocasión, la anécdota no sitúa a David Lynch tras las cámaras, sino delante. En el 2022, Steven Spielberg estrenó Los Fabelman. Un filme autobiográfico que contaba cómo había comenzado a amar el cine desde su infancia y adolescencia. Dentro de la historia, existe una secuencia que representa el encuentro real que el Rey Midas de Hollywood tuvo con John Ford, el legendario director. Bien, pues Spielberg quería que el actor que hiciese de Ford fuera el director de Terciopelo azul, pero este en un principio no quiso participar. Fue una vez más su amiga Laura Dern quien lo convenció. La californiana actuó a las órdenes de Spielberg en Jurassic Park y su buena relación con ambos la llevó a mediar por parte del director de Los Fabelman.
¿Y qué es lo que pidió el bueno de Lynch? Bueno, pues su imperiosa necesidad era la de tener una buena bolsa de Cheetos en el camerino: “Si lo hago, quiero una bolsa grande. Porque una vez empiezas…necesitas comer muchos antes de poder ir más lento y, finalmente , parar. De otra manera, con una bolsa pequeña, acabarías merodeando durante días tratando de encontrar más. Es un sabor increíble”.
3-Cuando quiso «crear» él mismo al hombre elefante
Es bien sabido el amor que David Lynch le tiene a la artesanía. Él mismo diseña muebles y cultiva su propio café. Lo que quizás no se esperaban los productores de El hombre elefante es que también quisiese crear con sus propias manos la máscara que John Hurt debía llevar como protagonista. Pero claro, como no había trabajado sobre un molde del propio rostro de Hurt, la pieza no se acoplaba a su cara. Una sensación terrible para el cineasta, que después confesó que en ese momento quería desaparecer del proyecto.
4-Mangueras y soluciones creativas
En las películas, cuando se describe una escena de lluvia, no es demasiado complicado con un buen presupuesto preparar los mecanismos para generarla de forma artificial, pero ¿cómo haces para conseguir el efecto contrario?
En el rodaje de Carretera Perdida, cierta escena no podía tener el escenario mojado debido a que la noche anterior, también estuvieron rodando y cronológicamente, era la misma noche. Así que optar por un estudio seguramente era la opción acertada para todo el mundo. Como intuiréis, Lynch no es todo el mundo. El realizador consiguió dos maneras y a cuatro jóvenes, simulando que el suelo estaba mojado porque estos habían estado jugando con el agua y no por la lluvia del día anterior.
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